DILEMAS Y OTRAS ACTIVIDADES


DILEMA 1

En el colegio se está cometiendo toda una serie continuada de robos.Los afectados son los alumnos de 1º de ESO, que además han sido amenazados con daños mayores si hacen algo.
Padres y profesores están indignados por lo que ocurre, pero nadie dice nada sobre los agresores y, por tanto, las medidas que se pueden tomar son variadas. Han amenazado con cerrar el colegio y  con hacer registros a todos los alumnos.
María, alumna de 4º de ESO, conoce a los ladrones. Son alumnos de 4º y de Bachillerato, y quien los capitanea es amigo de ella. ha comentado con su amigo que está muy mal que les roben y, sobre todo, que les amenacen; el jefe le ha dicho que se meta en sus asuntos si quiere  que sigan siendo amigos.
María se está planteando si debe decir lo que sabe para que termine de una vez esta situación desagradable para todos. pero si los denuncia, su amigo, que está considerado como un buen alumno, será expulsado, dada la gravedad de los hechos; si calla, el daño puede ser aún mayor.


  • ¿Debe callarse María?
  • ¿Es superior el bien general a cualquier otro bien?
  • ¿Estaría bien acusar a su amigo?
  • ¿Es justo pagar entre todos los daños del centro?



DILEMA 2


Hace algunos años, la prensa internacional denunció que grandes empresas multinacionales (entre ellas, algunas de las grandes marcas de ropa y zapatillas deportiva) utilizaban a niños en sus fábricas instaladas en países del Tercer Mundo.
Según los reportajes publicados, las condiciones de explotación laboral que se producían en esas fábricas eran escandalosas. De esa manera, las empresas conseguían fabricar el producto a un precio mucho menor que el que tendrían que pagar si esas prendas se hubiesen fabricado en países con legislaciones respetuosas con los Derechos Humanos y protectoras de los derechos laborales y sindicales de los trabajadores.
Algunas de estas multinacionales se justificaron, argumentando que ellos no fabricaban directamente las prendas, puesto que concedían la patente a empresas nacionales de esos Estados (es decir, subcontrataban la fabricación), las cuales se encargaban de todo el proceso. Según ellas, ignoraban que en esas fábricas trabajasen niños y que fueran vulnerados sistemáticamente los derechos laborales; al parecer, se enteraron por la prensa de la explotación económica y personal de sus trabajadores.


Si tú tuvieras constancia de que una empresa multinacional de ropa deportiva acude a esas prácticas, ¿comprarías ropa de esa marca, aunque fuese más barata y te gustasen especialmente las prendas que fabrica? Justifica  tu opción


DILEMA 3

Susana se ha ido con María, su mejor amiga, a una tienda para hacer compras. Ella mira diferentes cosas y María ve una blusa que le gusta mucho. María le dice a Susana que quiere probarse la blusa. Susana continúa mirando otras cosas. Poco tiempo después sale María del vestidor. María tiene su abrigo puesto y le hace una señal a Susana para que vea que ella tiene la blusa debajo de su abrigo. Sin decir una palabra, se da la vuelta y sale de la tienda.
Pocos minutos después llegan el agente de seguridad de la tienda, un vendedor y el encargado de la misma. Ellos quieren registrar la cartera de Susana. Susana le permite al encargado que registre su cartera. Cuando él ve que Susana no tiene la blusa, le exige que diga quién era la muchacha que estuvo con ella.
El encargado le explica: "Yo no puedo dejar ir a los ladrones. Si tú no nos dices el nombre, te podemos denunciar por ser cómplice de un robo. Robar es un acto criminal y has apoyado un acto criminal".
  • ¿Debería Susana decir el nombre de María? 
  • Si tú te encontraras en la situación de Susana, ¿esta sería una decisión fácil o más bien difícil para ti? ¿Por qué opinas así? 
  • ¿Cuáles son las consecuencias que se producirán si Susana da el nombre? 
  • ¿Cuáles son las consecuencias que se producirán si Susana se niego a dar el nombre? 
  • ¿Qué solución darías al problema y cómo la justificas?

DILEMA 4

María se ausentó del instituto sin que lo supieran sus padres. Tenía examen de matemáticas y no había estudiado. Visita a su amiga Laura y le pide quedarse esa tarde en su casa hasta la hora de salida de clase. Suena el teléfono. Atiende Laura.Es la madre de María, que se enteró de que su hija no había ido al instituto. Le pregunta si sabe en dónde está María. Laura no sabe qué contestarle.
  
  • ¿Qué puede estar sintiendo Laura en ese momento? 
  • ¿Qué debería hacer? No está de acuerdo con lo que hizo María pero es su amiga y siempre se han ayudado en las situaciones difíciles 
  • ¿Qué debería hacer Laura en este caso? 
  • ¿Qué podría suceder si Laura dice la verdad? 
  • ¿Qué podría suceder si miente? 
  • ¿Qué harías tú en su lugar? ¿Por qué? 
  • ¿Qué piensan de la forma de actuar de María?



DILEMA 5


Luis es un alumno de 1º de Bachillerato. Hoy, como algún otro día en el que hay un exa­men fuerte, se ha quedado estudiando en casa sin estar enfermo. Hasta ahora le ha salido bien. Su madre le ha firmado los justificantes y los profe­sores le han hecho el examen en otro momento. Así, tiene algún día más para estudiar. Su madre, por afán de protección y por el deseo de que sa­que todo el curso bien, no ha dudado en justificar sus faltas. Pero al ver que Luis ya lo está convir­tiendo en una costumbre, se pregunta si no le es­tará perjudicando y si la conducta es injusta res­pecto a sus compañeros.¿Qué debe hacer la madre de Luis: firmar el justificante o no?

  • ¿Es correcto mentir para proteger a alguien?
  • ¿Qué es antes: la protección de un hijo para que no sufra o que un hijo no cometa una injusticia aunque sufra?
  • ¿El fin «aprobar» justifica todos los medios?
  • ¿La intención de la madre de Luis era buena?
  • ¿Podemos tener buenas intenciones y las consecuencias de lo que hacemos ser perjudiciales? ¿Y al revés?
  • ¿Qué consecuencias puede tener para la personalidad de Luis adquirir esa costumbre?
  • ¿Qué consecuencias puede tener para Luis el que su madre le proteja siempre?
  • ¿Es comparable la conducta de Luis a «copiar en los exámenes»? Si dices que no, justifica tu respuesta y si dices que sí, piensa si sería más leve o más grave. ¿Qué es mejor, aprobar con trampas o suspender con trampas?
  • Si todos los alumnos hicieran lo que hace Luis, ¿qué pasaría?


Complespejos

Hoy me encuentro algo mejor. Casi he podido dormir del tirón, sin visitas sorpresa a la nevera, y mirarme al espejo no resulta tan traumático. Supongo que va por días. Mamá me escondió la báscula hace tiempo y no deja de ponerme “posits” con mensajes de ánimo por toda la casa. 

Me presento, soy Alex y soy obeso.
Ya era casi la hora de ir a clase y Lucía, mi mejor amiga, me esperaba como siempre en la entrada del porche. Ella es una chica popular en el instituto, pelo largo, cintura de avispa, guapa y extrovertida, de esas que enamoran a primera vista. A decir verdad, nunca entendí por qué le agradaba la compañía de un chico tímido y retraído, raro y tremendamente gordo como yo.

Caminábamos como de costumbre hacia el instituto. Lucía daba saltos a mi alrededor sin parar de ofertarme planes para el fin de semana. Yo, sin embargo, me recreaba mirando los cordones de mis “converse” blancas cuando, de repente, algo en el suelo llamó mi atención. Me agaché para recoger lo que parecía un flyer de una nueva discoteca “mirror disco”, o lo que es lo mismo, “discoteca espejo”. Lucía me la arrebató de la mano antes de que pudiera ver más y leyó en voz alta:- ¿quieres verte diferente?

Normalmente yo no salía los fines de semana. De hecho, no suelo salir, salvo para lo estrictamente necesario. Me los pasaba tirado en el sofá saltándome la dieta que se supone debía seguir durante la semana. Lucía se arrodilló suplicándome que la acompañara a aquel evento, algo a lo que yo me negué rotundamente, aunque también sabía que no se rendiría con facilidad.
Llegamos a clase y el guaperas de turno ya estaba dentro, con los pies sobre la mesa, esperando la llegada de mi amiga. Yo lo detestaba profundamente. Antonio era el típico musculitos arrogante y con aires de prepotencia que solía mirar por encima del hombro a todo el mundo, y más a mí. Él siempre se dirigía a ella para piropearla y ofrecerle el asiento contiguo, pero Lucía lo rechazaba para sentarse conmigo. Ésta sólo era una razón más para que él y el gracioso de la clase, Fernando, se burlaran de mí continuamente. Me insultaban, me  ponían apodos y me parodiaban a la hora del almuerzo o en los recreos, llenándose la boca con más comida de la que eran capaces de masticar y rellenando sus abrigos con otras prendas para imitar mi figura. Era verdaderamente horrible escuchar las risas de su público en los pasillos.

Odiaba a Antonio, a sus colegas y odiaba el instituto, pero, sobre todo, me odiaba a mí y todo lo que yo representaba. Mi estado anímico era una montaña rusa y mi apetito compraba todos los tickets para subir a esta atracción. Por suerte, Lucía nunca me dejaba solo, y yo agradecía que, al menos,
una persona, aparte de mi madre, no me encontrara repugnante.
También Celia, Alberto y Manu estaban pendientes de mí, intentando que me sintiera mejor ante alguna situación comprometida, pero eso no siempre funcionaba. Mi peor enemigo, sin duda, era yo mismo.

En mis peores días llegaba a casa, me encerraba en mi cuarto y sacaba del último cajón con llave infinidad de chocolatinas, snacks y similares que me acogían con los brazos abiertos y calmaban mi ansiedad por un tiempo. Me pegaba un atracón y me tumbaba sobre la cama, cerraba los ojos y deseaba con todas mis fuerzas que esto fuese una pesadilla. Cuando los abrí aquella vez, mi madre y Lucía me estaban mirando.

Sentadas cada una a un lado de la cama dijeron al unísono: “¡No puedes seguir así!”. Al parecer habían estado hablando. Lucía le contó a mi madre lo de aquella discoteca el fin de semana y las dos
coincidieron en que sería buena idea que fuese; sin embargo, yo no opinaba lo mismo.
Al día siguiente me desperté con la sensación de haber engordado el doble mientras dormía. Me miré al espejo y mi madre apareció como un fantasma a mi lado, pidiéndome una vez más, que, por favor,pensase lo de aquel plan.

Había visto a mi madre llorar muchas veces a escondidas por mi culpa. Mi padre nos dejó cuando yo tenía sólo cuatro años y ella siempre había tratado de asumir ambos roles. Creía que mi enfermedad era por no haber sabido cubrir esa falta. Se lo debía, así que accedí a regañadientes y Lucía vino a buscarme a eso de las diez.

Caminando hacia la puerta de la discoteca ya empecé a arrepentirme de mi decisión. Antonio, el guaperas, y su amigo Fernando, el gracioso, nos adelantaron en moto señalándome con el dedo y haciendo mofas… ”¿las focas también van a las discotecas?”. Se rieron. Suerte que mi psicóloga me había enseñado cómo manejar aquel tipo de situaciones. Echaba de menos mi bolsa de papel para respirar, pero olvidé ese pensamiento cuando llegamos frente a la puerta. “¿Preparado?”. No, y rotundamente no.

Justo en la entrada nos encontramos con un espejo enorme que distorsionaba nuestros cuerpos según el ángulo en el que te encontraras. Yo aparecía extremadamente delgado y Lucía parecía un hipopótamo sobre plataformas. Nos reímos a la vez. Dentro, en la pista de baile, multitud de espejos la rodeaban, unos te hacían parecer un enano, otros un gigante, en algunos tu cuerpo adoptaba formas
realmente inhumanas… Había algunas caras conocidas, pude ver a mis compis del instituto pero a la mayoría de gente la desconocía, pero… eran obesos, como yo. ¿Casualidad?

Lucía y yo estuvimos bailando y pasando por todos los espejos señalándonos y sin parar de reír. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto, pero, sobre todo, hacía mucho más tiempo que no era capaz de reírme de mí. Conocimos a mucha gente de “tallas grandes”, hablamos, intercambiamos opiniones, inquietudes y problemas. Por fin, había gente que me entendía y no me juzgaba. Me sentía realmente bien.

Cerca de las doce, las luces se apagaron y un foco alumbró el centro de la pista. Una figura apareció de la penumbra y se puso ante un micrófono. ¡Cuál fue mi sorpresa al descubrir que se trataba de mi
profesor de Educación Física! Su presentación fue muy directa: “Me llamo Tomás, y fui obeso”.
Nos contó que había superado esta situación aprendiendo a reírse de sí mismo, a aceptarse tal y como era, y a partir de ahí comenzó a esforzarse por avanzar para sentirse bien. Comprendió que la obesidad era tan sólo una etapa más por la que algunas personas debían pasar para crecer y quererse más.
Lucía no me había dicho todo lo que ponía en aquel flyer. Se trataba de un local de encuentros para gente con problemas de peso, una especie de terapia poco convencional, pues para nada se parecía a
aquellas reuniones de grupo a las que me obligaba a ir mi madre de vez en cuando.

Salí de aquel sitio siendo otra persona. De camino a casa mi humor había cambiado notablemente, me sentía vivo y capaz. Lucía y yo bromeábamos recordando algunos momentos en la pista de baile. Me
alegré de que me hubieran hecho venir. Al día siguiente, tiré a la basura toda la comida (ansiolítica para mí) de mi último cajón, reuní todos los posits de mi madre y los coloqué en mi espejo. Comencé a respetar aquella dieta que tanto me atormentaba y luché por cambiar mis hábitos sedentarios por el deporte. ¡Quién me lo iba a decir! Me sentía capaz de todo. En el instituto pasé de ser aquel chico tímido y retraído al extrovertido adolescente seguro de sí mismo que tanto había anhelado. Tenía ganas de vivir.

Hoy puedo decir que soy un chaval de 16 años preocupado por poco más que los estudios, que se ha superado a sí mismo y que cada día da las gracias a la gente que le rodea por poder contar con ellos. Pero, sobre todo, aquél que se recuerda frente al espejo lo importante que es el amor propio para extenderlo a los demás.

Hoy puedo decir que me quiero mucho y soy FELIZ.


ACTIVIDADES

1. Describe al protagonista de la historia. ¿qué le ocurre?. Divide el texto en las etapas que Álex va atravesando hasta llegar al final feliz.

2. Además de Álex, aparecen otros personajes emn el texto. Descríbelos y cuenta cóm es su relación con el protagonista.

3. ¿Dónde estaba la causa del problema? ¿Cómo se soluciona?

4. De no tener el que tiene ¿qué título le pondrías tú al texto?

5. Opinión personal: ¿qué temas aparecen en el texto? ¿Qué opinas? ¿conoces a alguien en alguna situación similar?



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